Como todos los componentes del equipo de al " filo de lo posible ", tenían obligaciones varias, decidí por mi cuenta subir a las planas de Cadrete por donde se ha hecho toda la vida.
El día acompañaba, la temperatura no estaba mal y el cielo como podéis ver en la foto, lucía de un azul precioso.
El descenso, ya que subiendo había sufrido lo mio, decidí hacerlo por la Ballovera, por lo menos para disfrutar un poquito.
Esta vez, ni almuerzo ni nada, con un simple café, asunto arreglado.
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